Cine y Revolución

Antiguo Colegio de San Ildefonso
Ciudad de México, México

Curaduría: Pablo Ortíz Monasterio y Álvaro Vázquez Mantecón

Mayo de 2010

La muestra Cine y Revolución se planteó como una revisión de la manera en la que el cine ha dado cuenta e interpretado a la revolución mexicana a lo largo del tiempo. Partiendo de las primeras tomas realizadas por los pioneros y repasando las secuencias clásicas producidas por el cine industrial, se propuso conducir al espectador hacia una reflexión sobre cómo se construyó el imaginario mexicano del siglo XX y, por lo tanto, hacia la comprensión de la identidad contemporánea del país.


En alusión al título y a la temática, la museografía fue concebida como revolucionaria en todo el sentido de la palabra, ya que logró articular objetos, fotografías, documentos y carteles de cine de la mano con nuevas tecnologías que acercaban a los visitantes al lenguaje cinematográfico. Al tratarse de una exposición sobre materiales fílmicos se estableció que el cine ocupara un lugar privilegiado en la propuesta museográfica. De esta manera, los materiales exhibidos tuvieron una interlocución constante con la imagen en movimiento gracias a las diversas proyecciones, monitores y videoinstalaciones que reproducían secuencias y montajes emblemáticos de las películas de la Revolución. Asimismo, se implementó una instalación sonora.

La propuesta museográfica buscó evocar la estética constructivista de inicios del siglo XX a través del manejo aparente de materiales relacionados a los símbolos de modernidad de la época: el ferrocarril y la fábrica. En concordancia, el diseño y montaje propuso un sistema constructivo itinerante a base de herrajes metálicos y polines de madera. De esta forma se buscó dar un ambiente que recordara a las escenografías del cine de la revolución. Asimismo, esta estructura permitía pensar en la movilidad que tuvieron las primeras carpas de cine, que viajaban de pueblo en pueblo y que, como ocurre con la exposición, permitió que ésta se trasladara a las ciudades de Morelia (noviembre de 2010), y Silao, Guanajuato (agosto de 2011).

La propuesta curatorial se articuló a lo largo de seis núcleos temáticos, cada uno nombrado con el título de una película sobre la revolución: Viaje triunfal, La sombra del caudillo, Enemigos, Vino el remolino y nos alevantó, Recuerdos del porvenir y Si Adelita se fuera con otro. Asimismo, se implementó una sala introductoria, un centro de documentación y consulta, y una sala de proyección, que exhibió de forma continua las 20 películas más representativas sobre la Revolución mexicana.

La propuesta gráfica tomó como fuente de inspiración el imaginario de los carteles del cine de la Revolución y la estética constructivista. A partir de composiciones con particular énfasis en líneas diagonales y el alto contraste generado en logotipo, cedulario y material de difusión, lograron imprimirle todo el dramatismo implícito tanto en el cine como en la iconografía de la Revolución Mexicana.

El proyecto fue reconocido con el Premio INAH Miguel Covarrubias de Museografía al mejor trabajo de diseño e instalación de exposición en 2011.